lunes, 24 de octubre de 2011

LA VOZ MATERNAL

A veces he oído que el vientre de una madre es el lugar más seguro para esconderse. Estoy convencido de que es así pero la naturaleza es sabia y nos tiende a todos una trampa. Una vez paridos ya no podemos volver a entrar. Y es una lástima, porque en cuántas ocasiones en la vida deseamos estar ahí dentro, de nuevo. La forma más sencilla que tenemos de evocar y reivindicar ese rincón tan humano y blindado es haciendo esa postura fetal, encogiéndonos como si tal cosa cuando nos sintiéramos un poco más protegidos. Pero las imitaciones, en estos casos, son más ficticias que reales.

Será entonces cuando nos arropamos nosotros mismos o alguien tendrá que cobijarnos con abrazadas ternuras. Lo que parece hoy en estos tiempos indiscutible es el efecto milagroso o devastador que recibe una criatura en el vientre de su madre. Todo se cuestiona, pues la alimentación sana, el calor que le transmita o la tranquilidad de dormir plácidamente pueden tornarse en desnutrición, malestar o estrés con angustiosas taquicardias. Nada le será ajeno de aquí en adelante. Músicas relajantes o estridentes, estados anímicos tranquilizadores o nerviosos, jauja o jaula, custodia o animadversión. En ese seno materno no sólo se transfieren las cargas genéticas, sino las herencias emocionales.

Mi amiga Ana colgó en su muro de Facebook un hermoso video sobre la importancia de escuchar una voz maternal. Más conmovedor si cabe cuando el bebé es sordo y todo depende del lenguaje visual. Ayudado por el audífono reconoce la principal voz, la de quien le trajo a la vida. La voz de la madre suena para él como un canto de sirena: armoniosa belleza, delicada sintonía, amorosa entrega. Nada más quiere. Nada más importa. Sólo descubrir el mundo con palabras mágicas, dulces sonrisas, cariñosas miradas y tiernas ilusiones. Nada más importa.

VIDEO:

Música sugerida: SAY YOY LOVE ME. Patti Austin

viernes, 21 de octubre de 2011

INOCENCIA, CÁRCEL, MENSAJES Y PALIZAS

Dewey Bozella ha ganado su primer combate como boxeador profesional. Nada que objetar si no fuera que tiene cincuenta y dos años y se ha pasado veintiséis en una prisión de USA por un delito que no cometió. En el penal, mientras entrenaba en el gimnasio, tuvo tiempo suficiente para escribir, mandar, reenviar y remandar la misma carta.

Durante años y una vez a la semana enviaba una carta firmada con su puño y letra a “THe Innocence Project” para solicitar una revisión de su caso al declararse, por activa y por pasiva, inocente de las causas que le llevaron a la penitenciaría.

Lo que me indigna de su historia es que en el año 1990 el fiscal del distrito le ofrece la libertad con una única condición: que se declarase culpable, que admitiese su responsabilidad. Hecho que pone en entredicho el sistema judicial estadounidense, porque a ver como se explica, a un adulto sin razonamientos o a una criatura con esperanzas, que si te confiesas culpable eres libre, y si te declaras inocente sigues pudriéndote en la prisión.

Bozella, en una decisión que le honra y confirma su exculpación, testifica su inocencia y se ve privado de su libertad otros once años más. Cuando termina la condena, porque finalmente un jurado lo considera inocente, se dedica como medio de vida a lo que tanto ha practicado en el cuadrilátero: el boxeo. Llega pues su primer combate con una expectación inusitada. Al fin y al cabo un exconvicto veterano, además de inocente, salta al ring por primera vez.

Para rematar la historia aparece el Presidente americano, Barack Obama, que le envía un mensaje de felicitación antes de pelearse con el púgil rival. En el recado presidencial le dice: “Dewey, eres un ejemplo para todos”.

Y yo acabo de indignarme todavía más, porque el hombre más poderoso de su país permite que durante veintiséis años un inocente esté en la cárcel, no le ofrece al expresidiario compensación alguna por privarle de media vida por un error judicial, y encima le anima a que se exponga a una paliza en un habitáculo, mal llamado deportivo, para que venza o sea abatido. “Eres un ejemplo Dewey”.

Un ejemplo para morir recibiendo hostias o para dejar sonado a otro pobre desgraciado. En fin, qué pena de mensajes estúpidos y qué lástima de idiotez presidencial. Pero si Dios los cría… ellos se pegan…

Con el tumulto del espectáculo que suene la música, “contigo o sin ti”.

Música sugerida: WITH OR WITHOUT YOU. U2

martes, 18 de octubre de 2011

CONFRONTACIÓN O PALABRA

Siendo joven hubo un tiempo que practiqué el kárate como deporte favorito. No para competir, ni para dedicarme a ese duro entrenamiento, tampoco para creerme más de lo que los años me han ido moldeando. No pretendía sentirme ningún supermán. Todo lo contrario, me atraían las artes marciales por su filosofía defensiva, nunca como actitud atacante. En realidad creo que de lo que se trata es de sentirse un poco más seguro, pero sin esgrimir en público las habilidades o los recursos físicos con que se cuentan. Por lo menos eso es lo que me contaron.

Una tarde y en un combate amistoso donde para nada era aconsejable el “contacto” mi contrincante, más avezado que yo, me provocó una fisura en una costilla de una patada lateral. Tardé semanas en recomponerme por completo pero aprendí, quizás por vez primera, que no es lo mismo la teoría que la práctica.

Por supuesto que cogí miedo y ya no volví a pisar el tatami, porque ese canguelo, tanto como el de esas personas mayores que sufren una caída y buscan excusas para no salir de casa, aplacó mi soberbia y moderó mi estima. Pero el propósito de esta entrada no es contaros mis imprudencias en aquel gimnasio, sino transmitiros la recomendación de que la modestia es más sabia que la tentación.

Hace años contemplé absorto cómo un imbécil dio una bofetada a un individuo por una banal discusión. El agresor ignoraba que su víctima era un experto en técnicas de defensa personal, porque a veces el desconocimiento es una virtud, y se fue chulo y embravecido. El agredido le pudo haber partido en dos de arriba a abajo o de derecha a izquierda con el canto de su mano. Sin embargo no respondió a un inconsciente comportamiento.

Probablemente sea estúpido ofrecer las dos mejillas para que abusen de la confianza, pero es mucho mejor no responder a la provocación y reconvertir la prudencia en la mejor arma de combate. La reacción a un arrebato infantil debiera ser siempre la cordura, que no es cobardía. Y la mejor arma la palabra, aunque haya que darle mil vueltas. Que las mesas de negociación sustituyan los tatamis y el golpe más contundente el más inteligente argumento.

Música sugerida: DUST IN THE WIND. Kansas

sábado, 15 de octubre de 2011

ESCAPADAS DESESPERADAS

A veces se suele solicitar un beso, pensando que un beso es un remedio cuando no lo es. Un beso reclamado tan sólo es un alivio, un consuelo temporal. Si la armonía de una pareja está lastimada, por las circunstancias que fueren, pedir un beso para reestablecer la paz suele ser ofensivo, porque pocas veces da resultado. Reconstruir viejas heridas no es cosa de gestos aislados, más bien de empeño cotidiano y paciencia, perseverancia y humildad.

Si el beso es insuficiente se acude a una sorpresa. Una escapada, un viaje casi improvisado, dos noches de amor en un hotel con encanto para romper con las cosas que enmarañan y aturden. Conozco a muchas parejas que optan por este recurso, hoy ya muy comercial, para redescubrir pasiones y encuentros tranquilos, como si no se conocieran ya las personas desde el inicio de la relación. Y lo que meses o años no han conseguido arreglar qué se puede esperar de una fascinada cita, adornada con romanticismo y sensualidad.

Vuelven felices y satisfechos, consumadas las tiernas noches y saboreadas las especiales cenas, achispados con cavas y alumbrados por velas embriagadas de inciensos. Pero volverán a pasar dos o tres días para que los fantasmas vuelvan en forma de dudas y la inquietud entre otra vez a la casa. Y vuelta a empezar.

Las escapadas son, en el fondo, huidas, estampidas hacia ninguna parte. Las novedades ofertan ilusiones y nadie desprecia los dulces, pero para que algo cuaje se necesita pensar en el día después, en lo que nos encontraremos al regreso, en la continuación de tantos días desdichados y acechados por la incertidumbre.

Así que, parejas amigas enamoradas de viajes relámpagos, viajes como quien se agarra a un salvavidas, no hay reencuentros. Para reconquistar hay que atrincherarse en las cosas cotidianas de cada día, señalar con un bandera blanca al principio, asomar la cabeza después con la dignidad que se precise, dejarse la piel para enterrar los orgullos y respetar los espacios y los tiempos de quienes viven a tu lado.

Los rescates no están en los bolsillos, ni en noches locas. Sólo “son de paz”, y cada minuto de lo que duren los años con sus días.

Y si llueve, deja que llueva.

Música sugerida: DEJA QUE LLUEVA. Ana Torroja

martes, 11 de octubre de 2011

LOS NADIES

Antes que nosotros ya existían LOS NADIES. Últimamente se han desatado acontecimientos demasiado importantes en el denominado PRIMER MUNDO. Y es que, por aquí y por allá, se tambalea y, aunque sabemos por qué, nuestra voz está todavía en un estado de afonía que no logra hacerse oír en los despachos de las trascendentales decisiones.

Pero antes que los civiles del norte de África prendieran su indignación y miraran cara a cara a sus tiranos, antes que los islandeses, los griegos, los italianos, los norteamericanos de USA, los franceses, los portugueses y los españoles saliéramos a la calle para liberar bocas amordazadas, antes ya existían LOS NADIES.

En Europa no surge un movimiento contra unos dictadores. La sutileza confunde a los ciudadanos porque no hay zares, ni caudillos, ni emperadores a los que haya que reprender. Hay democracias de las que hemos presumido de ellas, pero han virado con un efecto contra natura. Las democracias, sustentadas en la aprobación popular, se han olvidado del pueblo. Sus representantes volvieron la espalda a la ciudadanía al comprobar lo fácil que es privatizar los fondos públicos para provecho personal.

No todos, claro. Pero el contagio corrupto se ha generalizado tanto que ha saltado la alarma y lo que eran avances consolidados se están convirtiendo en retrocesos peligrosos. Los colmillos depredadores del Capital están al acecho y recogen, esquilman y roban con el beneplácito de los gobernantes, o de su impotencia, que es peor la sensación y más grave el asunto.

Ahora que presumimos de no presumir de nada salimos a la calle a mostrar nuestra repulsa, a señalar con el dedo que el poder moralmente radica en el pueblo, no en el hábito de que pertenece a los elegidos. Será necesario darle la vuelta a este básico concepto: los representantes no deben olvidar nunca a los representados y el político debe estar predispuesto a servir, nuca a estar servido. Y los bancos con sus clientes, las empresas con sus trabajadores y los vendedores con los compradores.

Si esto no es así la Ley habrá que reinventarse.

Pero antes que nosotros, LOS NADIES ya sembraban la faz de la Tierra. Ahora, por fin compartimos con ellos la palabra que siempre existió y que es la más muda de todas las que existen:

¡INDIGNACIÓN!

Cita Sugerida: LOS NADIES. Eduardo Galeano

domingo, 9 de octubre de 2011

CARTA A MI CUÑADA

Guapísima cuñada: hoy ha llegado tu suegro a casa para comer, como todos los días laborales. Entra con quejidos de muerte, que si se tenía que haber quedado en casa, que tiene un mareo que no se ve, que la angustia no se le pasa, que no va a comer y que no sabe por qué ha venido.

El muchacho, sin rechistar y después de avisar que le ponga la Paqui una mijitica pa probar, se zampa una plato de fideos a rebosar, no perdonando ni esos fideícos rebeldes que se resisten a ser recogidos por la cuchara.

Luego absorbe un cuenco de gazpacho andalúss, que quedaba de restos.

De inmediato le echa mano a unos cuantos boquerones recién fritos y que estaban de muerte, más que él.

A continuación engulle dos rodás de pan con chorizo de león, con especias y picante, comprado de la Feria del Campo.

Le acompaña un trocico de queso de cabra de la misma procedencia ferial.

De postre se despacha con dos tajaícas de melón que reprocha que está maduro, pero perdona su aspecto por su excelente dulzor, no dejando ni las semillicas, que podían haberle servido para secar y plantar.

Para regar lo boca degusta media cerveza alemana y dos culicos de vino.

Limpiándose la boca traga dos galletas de nata "Chiquitín" para no tomarse el café solo, regado éste por una chorraíca de coñá.

Se le invita a un rollico de vino pero dice que no quiere engordar.

Encantadora Amparo, yo me quiero morir como él. ¡Que nos entierra a todos!


Música sugerida: SOMEONE LIKE YOU. Adele

sábado, 1 de octubre de 2011

MATRIMONIO A PLAZOS

Ahora la Asamblea Legislativa del Distrito Federal de la Ciudad de México ha resuelto a favor de los matrimonios con contratos renovables. Cada dos años las parejas amorosamente comprometidas, o las que sigan manteniendo dudas de relación, podrán prorrogar el matrimonio o rescindirlo, según convenga. El encarecimiento de los divorcios, los elevados costes que conllevan los finiquitos de cualquier separación tienen los días contados, si la pareja así lo desea, claro.

Ya se veía venir que los matrimonios, sean civiles o religiosos, no son para siempre, que la pasión del amor no es infinita, que lo que Dios unió pueden separarlo los humanos, que las personas se hacen mayores porque los años pasan y la idealización de ese otro yo, de la media naranja que queremos compartir hasta el final de los días, se va desvaneciendo conforme se cumplen primaveras.

Ese final de muchos cuentos que “comieron perdices y fueron felices” existe en la ficción de los viejos relatos, más poco o casi nada tienen que ver con la realidad cotidiana, donde las calvicies, las canas, las arrugas, los desperfectos van aflorando; como también los defectos del otro que también se disimulaban o los nuestros propios, relajados ya y liberados de la tensión de la conquista.

Ahora los mexicanos podrán, llegado el último día de expiración del contrato, firmar otros dos años o alegar que “hasta aquí hemos llegado”, y todo ante el juez. Para algunos qué largos se le van a hacer esos dos años, para otros quizás, demasiado cortos. Parece que volvamos a aquellos años tristes de matrimonios por conveniencias y que tanto daban que hablar. Pero los amores, viscerales o más comedidos, dicen que amores son…

Pero qué pena que se acoten en urnas de tiempo para saber, de primera mano, si la felicidad tiene moratorias a plazos. La felicidad, ese estado sentimental que tanto cuesta conseguir y, cuando se abraza, se diluye casi al instante, seguirá cuestionada no dos años, sino cada uno de los días.

En la vida no existen los tiempos muertos, pero hay que buscarse excusas y solicitar excedencias para recuperar la dicha perdida, la ventura eterna o el amor que, rozándolo, se escabulle como en un juego burlón.

Música sugerida: LA CUMPARSITA. Xavier Cugat y Dinah Shore