viernes, 24 de diciembre de 2010

FELIZ AÑO 2011



En mi tarjeta de navidad de este año, y que hemos ido entregando a las gentes que queremos, el texto impreso dice así: "Aunque la crisis desespere y amenace ruinas, no pierdas ni la ilusión, ni la pasión." Y la foto, inmortalizada por una de mis hijas, presenta una ruinosa casa bonaerense con un cartel en memoria de Gardel, Gardelito.

Porque nos estamos cargando otro año y casi tocando con los dedos otro día uno de enero, no hemos de perder ni la ilusión ni la pasión por esta vida impactante, que nos sacude y nos envuelve en su caricia salvaje.

Quisiera abrazar personalmente a todos los que de vez en cuando entráis a este Diván y os relajáis con sus músicas. Desearía conocer a tanta gente anónima y lejana que estáis por ahí y que me levantáis, también de vez en cuando, el ánimo con vuestro generoso aliento. Me muero de ganas de besaros uno a una y abrir vuestros ojos para comprender mejor vuestras miradas. Sería maravilloso conoceros pero sólo puedo compartiros por esta ventanita.

Gracias a Sergio de Zaragoza, a mis amigos de Xátiva, a mis gentes de Barcelona, a mis amigos de Madrid, a los incondicionales de Granada, a los nobles asturianos...

Gracias a Stefi de Buenos Aires, y a Linda de Viena, a los amigos de Nicaragua y a los perdidos en esos pueblos abandonados.

Sé que el dinero no avala ni la felicidad ni garantiza la salud. Sólo pido por tanto salud y felicidad para los míos y para los vuestros. Con la salud se puede ser feliz y la felicidad puede acompañarnos a vivir mejor. El trabajo, ese castigo tan necesario, que no se pierda y si se pierde que reflotemos, no muy tarde, por algún lado.

Sólo os deseo un buen Año 2011 y que, pase lo que pase y ocurra lo que ocurra, lo podamos contar.

Así que no perdáis ni la ilusión ni la pasión, que nada nos desespere y guardemos esa paciencia infinita que tanto vamos a necesitar.


Un sincero abrazo y besos en el cielo. Hasta enero.


domingo, 19 de diciembre de 2010

MALOS AGRAVIOS COMPARATIVOS

Con la crisis que nos está cayendo encima nadie aprende de las lecciones. Seguramente es que tenemos muy malos gestores y se toman medidas que en vez de paliar despropósitos los acentúan más.

Nuestro gobierno español, por ejemplo, ha suprimido los 426 € a los casi 700.000 parados crónicos de este país. Los condenan a la miseria absoluta o a cometer barbaridades como consecuencia de la deseperación.

Algunas Cajas de Ahorros, también por ejemplo, van a prejubilar a casi 10.000 empleados a partir de los 55 años con un 95% del salario actual. Siendo entidades privadas se me antoja legítimo aunque poco ético; lo que me indigna es que estas jubilaciones las van a realizar a través del Frob, que no es otra cosa que el rescate del Estado a estas sufridas entidades bancarias. Dinero público con aportaciones del Estado y otros títulos de deuda pública por parte de los Fondos de Garantía de Depósitos.

¿Qué queréis que os diga? Me parece ridículo e infame, más cuando a los trabajadores normalitos, humanos también y muy sufridores, golpeados por una crisis que nosotros no inventamos ni por asomo, estamos amenazados con subirnos la edad de jubilación de los 65 a los 67 años.

Mi reflexión personal es que si llego a esa edad, cuando me toque el merecido descanso, moriré bien fallecido antes de cobrar la primera paga. Mi jubilación se la ahorrarán para que vayan con mi dinero prejubilando a más parásitos.

Menos mal que a las lecturas que me sacan de quicio les siguen mis delirios que plasmo en el blog, delirios de denuncias, desencantos y esperanzas. Esperanzas de que nuestras ilusiones no sean asesinadas del todo.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

CASA ABIERTA

Después de tener el ordenador ocupado, casi secuestrado, por algún ser que regresa a casa para besarnos y compartirnos, vuelvo a recuperarlo, aunque nunca se sabe. Tenía un poco de "mono" de volver de nuevo al Diván, pero la cortesía de los anfitriones debe prevalecer ofreciendo siempre la mejor disposición a quienes nos visitan.

Alimento, cama, descanso y cobijo nunca va a faltar en esta casa, para visitas cortas o más prolongadas. Siempre fue así y estas paredes son testigo de que, venga quien venga, en grupos o por goteos individuales, serán bien tratados y recibidos.

Nos falta de todo, no nos sobra de nada. Pero quien traspasa la puerta en son de paz y con la sincera actitud de la amistad siempre vuelve.

Dentro de unos días se celebrarán las navidades y esos días tan entrañables y mágicos, que muchas veces reúne y otras distancia, cerrarán la puerta de un año y abrirán otra ventana. Nunca están todos los que son ni son todos los que están pero se agradece el reencuentro, la nostalgia e incluso el olvido.

Me gusta contar con el ordenador disponible, y mis cosas, y mi alma. Aunque a veces me lo sustraigan temporalmente. Pero cuando me devuelven el ordenador, mis cosas y mi alma, no sé aún por qué, me encuentro más agradecido. Será que las puertas se hicieron más para abrirlas que para cerrarlas.

Será, quizás, que la felicidad se marchita si no se comparte.

jueves, 9 de diciembre de 2010

LA CAJA DE MÚSICA

De entre las cosas u objetos domésticos y decorativos que más me han seducido desde siempre se encuentran las cajas de música. Esas que en algunas tiendas raras, raras porque sobreviven a malas penas, pueden localizarse en algún estante perdido.



Esos pequeños recintos que dilatan las pupilas a los que estrenan la mirada, que provocan una sonrisa inocente y asombrosa cuando los observan en movimiento, porque giran sus ojos cuando gira el armatoste sobre su eje, con unos sonidos que no saben bien de dónde provienen. Esas cajas musicales, casi mágicas, que rebosan curiosidad cuando el rutinario mecanismo se pone en marcha. Esas pequeñas maravillas que desprenden movimientos y sonidos que hipnotizan, me siguen pareciendo juguetes sorprendentes.



Las hay de bailarinas, de paisajes naturales, de centros urbanos, de mares, de cielos, de circos y carruseles, de payasos, pájaros, peces, de primaveras e inviernos con nieves, de soles y anocheceres y otras originales escenificaciones; y cuando los mueves o se activa la cuerda suena una determinada música, relacionada siempre con el motivo del utensilio y hasta que la relojería diga basta o se agoten las pilas.



Tanto me gustan que resultaba un regalo favorito para mis hijas cuando eran pequeñas. Una caja para una, otra para la hermana; porque reúne su encanto todas las características del sonajero, del objeto en movimiento y su puesta en escena con un ritmo musical.



Siempre, a la hora de dormir, la caja de música acompañaba al susurro, a la palmadita de protección, a la sábana que cubre y ahuyenta los fantasmas y al último beso de la noche. Las suaves melodías hacían el resto, pues los ojitos, ya cansados de los colores y los llamativos movimientos iniciaban su recogida entrega a la amigable almohada y se cerraban agradecidos hasta el siguiente despertar.

Esas niñas son ya mujeres y, de vez en cuando, cuando regresan para besarnos y compartirnos, todavía abren esas antiguas cajas de música donde despiertan los viejos sueños e invitan a aflorar de nuevo los recuerdos.

Quedan ya pocas, pues unas las desgastó el tiempo y otras fueron convertidas añicos por los descuidos y las imprudencias. Pero aún conservo algunas y en algún socorrido momento las contemplo, las abro, les doy cuerda, siguen girando sobre sí mismas y me complacen sus armoniosas músicas.

Músicas de recuerdos, sonidos, ilusiones y en la que en cada vuelta todo gira hacia adelante, como las vidas particulares, como una ventana desplegada a un nuevo horizonte.

Aún conservo algunas, y sobre todo la Caja Roja, que espero me acompañe por mucho más tiempo y, si puede ser, hasta los últimos suspiros.

Música sugerida: YUMEJI´S THEME. Thomas Wilmer. Shigeru Umebayashi

miércoles, 8 de diciembre de 2010

INMUNIDADES DEL ALMA

Uno de los programas radiofónicos que emitía a finales de los ochenta, con la sintonía musical de Verges de Lluís Llach como música de fondo y bajo el título de Los Secretos de la Noche, lo inicié así:

"Como alzándose de las entrañas del cemento, como apenas divisándose en la oscuridad, como percibiéndose débilmente en el silencio, como asomándose al vacío, ...aparece y suena, ahora, en los aires, Los Secretos de la Noche. Por la pura magia de la técnica y por el poder de la ilusión...

Un programa escrito, realizado y narrado por este bohemio y romántico servidor y por la estimable colaboración de la enigmática fulanita de tal en el control...

Los Secretos de la Noche se alza, se divisa, se percibe, asoma, aparece y suena para toda audiencia sensible, romántica, generosa y escandalizada de injusticias y clamores al cielo...

Los Secretos de la Noche, en Radio menganita de tal, en la frecuencia ahora sintonizada es, simplemente, la antesala de la larga noche o,...la almohada del sueño."

Después de esta introducción comenté la noticia de ese día, que no era otra que la muerte de varios indigentes sin hogar en varias capitales por los efectos del frío. La sociedad en general reaccionó con indignación, rabia, incredulidad y afligimiento.

¡Cómo podía suceder esto en los tiempos que corren! ¡Cómo era posible! ¡No podía volver a ocurrir! !Había que evitarlo a toda costa!

La sensibilidad enardecida fue, con el paso del tiempo, disolviéndose como el azúcar en el agua, sólo que no es azúcar lo que se inmuniza con el olvido. Más de treinta años han transcurrido y poco o nada ha cambiado.

Pensándolo bien sí ha cambiado una cosa. Ya nada nos alborota el alma. Las desgracias ajenas son tan cotidianas que ninguna nos afecta y nos ruboriza.

Hace apenas unas semanas recorrió el mundo la imagen de una haitiana enferma de cólera, moribunda y desnuda en plena calle. La gente mirar, miraba. Nada más. Nadie la evacuaba, nadie la tapaba, nadie le daba ni el más repugnante vaso de agua. Miedo a la muerte. Pánico a la desgracia. Olvidamos quizás que nuestro miedo y nuestro pánico acaberemos por vivirlo en las propias carnes y ante los ojos indiferentes de los demás.

Los cuentos de color de rosa ya no convencen. Muchos niños que trajeron las cigüeñas de París, hoy hombres y mujeres, ancianos o adultos sin rumbo, viven en el abandono y mueren en el olvido, con los cuervos urbanos dispuestos a devorarles ante las miradas impasivas. Ya no existen las cigüeñas neonatales, ni las cunas doradas. Se las comieron las sociedades cívicas y humanas, tan rapaces y egoístas que se quedaron mudas, sin alma y sin consuelo.

lunes, 6 de diciembre de 2010

CONTROLADORES INCONTROLADOS

Ya parece que pasó la pesadilla, pero sus secuelas continúan dando vueltas por los cielos de la incredulidad y la indignación. Decenas de miles de pasajeros quedaron tirados en los aeropuertos por una huelga de incontrolados controladores aéreos. Que la Ley ampare el derecho de huelga no significa que se pierda el sentido común, ni que se pierda el rumbo de la navegación de la mínima sensatez, ni que se extravíe la decencia.

Estando tan alborotada la crisis, cuyos meteoritos envenedados de pobreza impactan en cada casa, resulta casi inmoral activar una huelga tan salvaje. Más cuando los controladores representan una clase económicamente privilegiada, mientras sus víctimas han dejado en tierra sus sueños y han multiplicado por mil sus problemas.

Pocas veces coinciden en asuntos laborales tanta insolidaridad y tanta diferencia de objetivos. Unos quieren mantener su intocable estatus y los clientes, los que pagan y les pagan, volar para cumplir sus sueños y dar rienda a sus obligaciones.

Al final los controladores descontrolados acabaron atados por sus alas y los impotentes pasajeros presos de la imbecilidad ajena, rehenes del tiempo hurtado y desactivados sus sueños, sueños ya irreparables.

Música sugerida: DREAM TIME. Judy Dyble

viernes, 3 de diciembre de 2010

PASO DE CEBRA

Puede que el más famoso de todos ellos sea el célebre Abbey Road que inmortalizaron The Beatles. Todo el mundo sabe que es utilizado por los peatones para cruzar de una acera a otra. Y todos sabemos que no siempre se respeta, sobre todo aquellos que no estén controlados por los semáforos.

Hay personas que parece que quieran suicidarse en tan escasos metros procurando acceder a la otra parte. No hay que ser tan intrépidos porque, quién sabe, no conocemos a los conductores, ni en qué estado van de confianza, ni siquiera las prisas que llevan.

Y ante tanta duda, esperemos y crucemos con la mejor de las prudencias, por mucho que el derecho nos ampare. Las indemnizaciones siempre llegan tarde si es que llegan, pero que nadie dude que es mejor no recibirlas nunca si el precio es quedar muerto o lisiado.

Partiendo que hay que armarse de paciencia no hay nunca que exacerbarse con los irrespetuosos que pasan de nosotros. Posiblemente acentuémos su estado de aceleración. Más vale avisar con tiempo, como cuando alguien llama al taxi desde el arcén o la acera, sin jugársela, y pasar con la tranquilidad conseguida.

Yo no sé qué códigos se establecen socialmente. Pero, en lo que a mí concierne, confieso que cuando para el vehículo para cederme el paso al que tengo derecho, me lo tomo como un cumplido. Tal es así que miro fijamente al conductor o conductora, esbozo una cómplice sonrisa, y aún sabiendo que es imposible que me oiga, le doy las gracias.

Yo me siento bien así y a buen seguro que el viandante del coche también lo agradece. Gestos que por su simpleza, porque no cuestan absolutamente nada, porque forman parte de nuestra vida diaria, satisfacen a ambas partes.

A uno le reafirma el gusto a la educación y desde el otro lado que lo acoge se puede recibir el agradecimiento como una palmadita en la espalda.

Y, seguro que sí, se sentirá tan apreciado por lo inusual que parará en todos los pasos de cebra que se encuentre al paso, aunque cunda la prisa.

Hay detalles que humanizan las calles, pertenecientes a los territorios helados. Demos pues una tregua, un calor gratuito y un margen de esperanza.

Un ademán de buena voluntad y unas gracias leídas en los labios bien merecen una oportunidad.